3° Comprensión Lectora

05 de Agosto de 2021

Tema:
Comprensión e Interpretación Textual.

Desarrollo de la clase: Responder si las siguientes afirmaciones son falsas o verdaderas a partir de la lectura del texto entregado en clase.

1. Las piezas de orfebrería y cerámica no se caracterizaban por su elegancia y sencillez. (  )

2. La orfebrería de los quimbayas representaba animales y plantas de toda clase. (  )

3.  La orfebrería es hacer figuras trabajando el oro. (  )

4. La función del cacique era dirigir la comunidad. (  )

5. Los quimbayas estaban en el departamento de Antioquia. (  )

6. Los quimbayas comerciaban con los pueblos indígenas de Antioquia. (  )

7. Los quimbayas no tenían técnicas avanzadas. (  )

8. Los quimbayas solo tenían prácticas de agricultura. (  )

9. Tenemos muchos datos para conocer los aspectos de la comunidad de los quimbayas. (  )

10. El nombre quimbaya proviene de las lenguas indígenas. (  )

11. los quimbayas pertenecen a la familia de la lengua caribe. (  )

12. El pueblo de los quimbayas masticaban hojas de coca. (  )

13. El pueblo de los quimbayas no se ubicó en los departamentos de Caldas, Risaralda, Quindío y Norte del Valle. (  )

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27 de Mayo de 2021

Tema: Comprensión e Interpretación Textual.

Desarrollo de la clase: Leer el siguiente cuento y responder las preguntas:

1.
¿A qué se parecían los cabellos de Blancanieves?

2. ¿Qué supone el nacimiento de Blancanieves?

3. ¿Qué hacía la envidia con la Reina?

4. ¿Por qué los enanitos, al entrar en la habitación, quedan con la boca abierta?

5. ¿De qué se disfrazó la Reina?

6. ¿En qué convierte Blancanieves al príncipe?

7. Según el cuento ¿Qué es montar en cólera?

8. ¿Por qué Blancanieves no muere el morder la manzana envenenada?


Un día de invierno la Reina miraba cómo caían los copos de nieve mientras cosía. Le cautivaron de tal forma que se despistó y se pinchó en un dedo dejando caer tres gotas de la sangre más roja sobre la nieve. En ese momento pensó:

- Cómo desearía tener una hija así, blanca como la nieve, sonrosada como la sangre y de cabellos negros como el ébano.

Al cabo de un tiempo su deseo se cumplió y dio a luz a una niña bellísima, blanca como la nieve, sonrosada como la sangre y con los cabellos como el ébano. De nombre le pusieron Blancanieves, aunque su nacimiento supuso la muerte de su madre.

Pasados los años el rey viudo decidió casarse con otra mujer. Una mujer tan bella como envidiosa y orgullosa. Tenía ésta un espejo mágico al que cada día preguntaba:

- Espejito espejito, contestadme a una cosa ¿no soy yo la más hermosa?

Y el espejo siempre contestaba:

- Sí, mi Reina. Vos sois la más hermosa.

Pero el día en que Blancanieves cumplió siete años el espejo cambió su respuesta:

- No, mi Reina. La más hermosa es ahora Blancanieves.

Al oír esto la Reina montó en cólera. La envidia la comía por dentro y tal era el odio que sentía por ella que acabó por ordenar a un cazador que la llevara al bosque, la matara y volviese con su corazón para saber que había cumplido con sus órdenes.

Pero una vez en el bosque el cazador miró a la joven y dulce Blancanieves y no fue capaz de hacerlo. En su lugar, mató a un pequeño jabalí que pasaba por allí para poder entregar su corazón a la Reina.

Blancanieves se quedó entonces sola en el bosque, asustada y sin saber dónde ir. Comenzó a correr hasta que cayó la noche. Entonces vio luz en una casita y entró en ella.

Era una casita particular. Todo era muy pequeño allí. En la mesa había colocados siete platitos, siete tenedores, siete cucharas, siete cuchillos y siete vasitos. Blancanieves estaba tan hambrienta que probó un bocado de cada plato y se sentó como pudo en una de las sillitas.

Estaba tan agotada que le entró sueño, entonces encontró una habitación con siete camitas y se acurrucó en una de ellas.

Bien entrada la noche regresaron los enanitos de la mina, donde trabajaban excavando piedras preciosas. Al llegar se dieron cuenta rápidamente de que alguien había estado allí.

- ¡Alguien ha comido de mi plato!, dijo el primero
- ¡Alguien ha usado mi tenedor!, dijo el segundo
- ¡Alguien ha bebido de mi vaso!, dijo el tercero
- ¡Alguien ha cortado con mi cuchillo!, dijo el cuarto
- ¡Alguien se ha limpiado con mi servilleta!, dijo el quinto
- ¡Alguien ha comido de mi pan!, dijo el sexto
- ¡Alguien se ha sentado en mi silla!, dijo el séptimo

Cuando entraron en la habitación desvelaron el misterio sobre lo ocurrido y se quedaron con la boca abierta al ver a una muchacha tan bella. Tanto les gustó que decidieron dejar que durmiera.

Al día siguiente Blancanieves les contó a los enanitos la historia de cómo había llegado hasta allí. Los enanitos sintieron mucha lástima por ella y le ofrecieron quedarse en su casa. Pero eso sí, le advirtieron de que tuviera mucho cuidado y no abriese la puerta a nadie cuando ellos no estuvieran.

La madrastra mientras tanto, convencida de que Blancanieves estaba muerta, se puso ante su espejo y volvió a preguntarle:

- Espejito espejito, contestadme a una cosa ¿no soy yo la más hermosa?
- Mi Reina, vos sois una estrella pero siento deciros que Blancanieves, sigue siendo la más bella.

La reina se puso furiosa y utilizó sus poderes para saber dónde se escondía la muchacha. Cuando supo que se encontraba en casa de los enanitos, preparó una manzana envenenada, se vistió de campesina y se encaminó hacia montaña.

Cuando llegó llamó a la puerta. Blancanieves se asomó por la ventana y contestó:

- No puedo abrir a nadie, me lo han prohibido los enanitos.
- No temas hija mía, sólo vengo a traerte manzanas. Tengo muchas y no sé qué hacer con ellas. Te dejaré aquí una, por si te apetece más tarde.

Blancanieves se fió de ella, mordió la manzana y… cayó al suelo de repente.

La malvada Reina que la vio, se marchó riéndose por haberse salido con la suya. Sólo deseaba llegar a palacio y preguntar a su espejo mágico quién era la más bella ahora.

- Espejito espejito, contestadme a una cosa ¿no soy yo la más hermosa?
- Sí, mi Reina. De nuevo vos sois la más hermosa.

Cuando los enanitos llegaron a casa y se la encontraron muerta en el suelo a Blancanieves trataron de ver si aún podían hacer algo, pero todos sus esfuerzos fueron en vano. Blancanieves estaba muerta.

De modo que puesto que no podían hacer otra cosa, mandaron fabricar una caja de cristal, la colocaron en ella y la llevaron hasta la cumpre de la montaña donde estuvieron velándola por mucho tiempo. Junto a ellos se unieron muchos animales del bosque que lloraban la pérdida de la muchacha. Pero un día apareció por allí un príncipe que al verla, se enamoró de inmediato de ella, y le preguntó a los enanitos si podía llevársela con él.

A los enanitos no les convencía la idea, pero el príncipe prometió cuidarla y venerarla, así que accedieron.

Cuando los hombres del príncipe transportaban a Blancanieves tropezaron con una piedra y del golpe, salió disparado el bocado de manzana envenenada de la garganta de Blancanieves. En ese momento, Blancanieves abrió los ojos de nuevo.

- ¿Dónde estoy? ¿Qué ha pasado?, preguntó desorientada Blancanieves
- Tranquila, estáis sana y salva por fin y me habéis hecho con eso el hombre más afortunado del mundo.

Blancanieves y el Príncipe se convirtieron en marido y mujer y vivieron felices en su castillo.




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06 de Mayo de 2021

Tema: Comprensión e Interpretación Textual.

Desarrollo de la clase: Leer el siguiente cuento y responder las preguntas:


1. ¿En qué país sucede la historia?

2. ¿Qué profesión tenía el padre de Aladino?

3. ¿Por qué el extraño adinerado quiso engañar a Aladino?

4. ¿Cuánto tiempo viajó el extraño por el mundo?

5. ¿Por qué la madre acepta la propuesta del extraño?

6. ¿Qué era realmente el extraño?

7. ¿Cómo se dio cuenta Aladino de que el extraño lo engañaba? 

8. ¿Con qué frotó la lámpara Aladino?

9. Al final del cuento ¿A qué partes lleva el hechicero la lámpara?

10. ¿Qué hizo la princesa para dormir al hechicero?

Lejos muy lejos, en una ciudad de China, un joven llamado Aladino se pasaba todo el día jugando con sus amigos. Su padre, un humilde sastre, trató de enseñarle el valor del trabajo, pero Aladino se negó a ayudarlo. Incluso después de la pérdida de su padre, Aladino prefería estar en la calle vagando que ayudar a su madre a ganarse el sustento.

Un día, un extraño muy adinerado se acercó al joven y al verlo sin propósito en la vida quiso engañarlo.

— Tu padre, Mustafá, era mi hermano. Yo soy tu tío —le dijo el extraño a Aladino.

Aladino, siendo muy ingenuo, llevó al hombre a su casa.

—Mustafá nunca habló de un hermano—dijo la madre de Aladino.

—Viajé por el mundo por cuarenta años —respondió el hombre—. Fue tanto el tiempo y la lejanía que mi hermano se olvidó de mí. Permíteme viajar con mi sobrino y haré de él un hombre muy próspero.

La madre, con la ilusión de ver a su hijo convertido en un hombre de bien, aceptó la propuesta. Al día siguiente, el hombre llevó a Aladino a un bosque apartado de la ciudad y preparó una fogata arrojando en ella un polvo extraño. De repente, justo bajo la fogata, se abrió una gran zanja en la tierra.

—Sobrino, en esa zanja encontrarás una escalera—dijo el hombre—, desciende en ella hasta que encuentres una caverna, en la caverna verás una pared con un agujero. En el agujero hay una lámpara. ¡Tráemela!

Pero el hombre era en realidad un hechicero. Él sabía de la existencia de una lámpara con poderes mágicos y había viajado una gran distancia para encontrarla.

Aladino, como cualquiera en su lugar, sentía miedo de bajar la escalera, el hechicero le puso un anillo de oro con una gran esmeralda y dijo:

—No sientas miedo, toma este anillo como un regalo. Este es uno de los muchos regalos que recibirás de mi parte. ¡Apúrate o nos alcanzará la noche!

El anillo era lo único que el hechicero llevaba de valor. Su verdadera intención era quitárselo al joven tan pronto tuviera la oportunidad. Aladino bajó la escalera y encontró la lámpara. Cuando comenzó a subir escuchó al hechicero decir entre dientes:

—Cuando ese chico me entregue la lámpara, lo encerraré para siempre.

—¡Ayúdame a subir! —exclamó Aladino, dándose cuenta de su error—. Solo entonces te entregaré la lámpara.

—¡Dámela ahora mismo! —dijo el hechicero enfurecido.

Pero Aladino se negó a entregarle la lámpara, fue entonces cuando el hechicero cerró la zanja en la tierra. No había razón para insistir, la lampara perdería su magia si era arrebatada a la fuerza. ¡Aladino estaba atrapado!

Sin recordar que llevaba el anillo, Aladino frotó sus manos para rezar cuando de la nada apareció un genio.

—Soy el genio del anillo —dijo—, ¿qué puedo hacer por ti?

—Quiero volver a casa —respondió Aladino asombrado.

Al instante, Aladino se encontraba en casa con su madre.

— No comprendo por qué ese hechicero tenía tanto interés en esta vieja y sucia lámpara —dijo Aladino mientras frotaba la lámpara con un pañuelo para limpiarla.

En un segundo, apareció otro genio, mucho más grande que el genio del anillo.

—Soy el genio de la lámpara — dijo—, ¿qué puedo hacer por ti?

—¡Tráenos algo de comer! —exclamó Aladino sin dar crédito a lo que veía.

El genio desapareció, luego regresó con exquisitos platos de comida.

Aladino vivió cómodamente con su madre, hasta que un día, vio la hija del sultán y se enamoró de ella. Con la ayuda del genio de la lámpara, llenó un baúl con las más finas joyas y las envió con su madre al palacio.

—Este presente es de parte de mi hijo, Aladino —dijo la madre—. Él desea casarse con su hija.

—¡Qué extraordinarias joyas! —respondió el sultán—. Pero tu hijo debe darme muchas más. Cuando considere que recibí lo debido, le daré el consentimiento para casarse con mi hija.

Nuevamente, con la ayuda del genio, Aladino envió más baúles llenos de joyas al palacio. El sultán estaba dichoso.

No pasó mucho tiempo antes de que Aladino se casara con la princesa. Él guardó la lámpara en el palacio, pero no le habló a la princesa de su magia.

Pronto, las noticias de la boda de Aladino llegaron a oídos del hechicero. A la mañana siguiente, disfrazado de mercader, salió a la calle pregonando:

—Cambio lámparas viejas por nuevas.

Cuando la princesa se enteró, salió de inmediato a cambiar la lámpara vieja y sucia de Aladino.

Tan pronto la princesa le entregó la lámpara, el hechicero la frotó y apareció el genio:

—Desaparece a la princesa y al palacio. Llévalos junto conmigo a una tierra muy lejana —dijo el malvado hechicero.

A su regreso, Aladino se enteró de que su esposa y el palacio habían desaparecido.

—Esta es la obra del hechicero —pensó—. Desconsolado, se sentó en la orilla del río y lloró. Al frotarse los ojos con las manos, frotó también el anillo mágico. El genio del anillo apareció.

—¡Devuélveme a mi esposa y mi palacio! —exclamó Aladino.

—Solo el genio de la lámpara puede hacerlo —dijo el genio del anillo.

—Entonces llévame donde estén —contestó Aladino.

En segundos, Aladino llegó hasta África y encontró a la princesa mirando a través de la ventana en la torre más alta del palacio. En cuanto tuvieron la oportunidad de hablar a escondidas, Aladino le preguntó por su lámpara.

—El hechicero la lleva a todas partes —dijo la princesa—. Aladino se acercó a ella y susurró unas pocas palabras en su oído.

Esa noche, la princesa puso algo en la bebida del hechicero. Pronto, se quedó dormido. La princesa tomó la lámpara y escapó. Sin espera, Aladino frotó la lámpara haciendo aparecer al genio.

—Llévanos a China, pero deja al hechicero aquí —ordenó Aladino.

Antes de un abrir y cerrar de ojos, Aladino y su princesa estaban en China, nuevamente en el palacio. Y allí vivieron felices durante
muchos, muchos, años.


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30 de Abril de 2021

Tema: Comprensión e Interpretación Textual.

Desarrollo de la clase: Se les explicó qué es un cómic o historieta mostrándoles varios ejemplos para analizar e interpretar.

Actividad para la casa:
Crear un pequeño cómic sobre el cuidado del medio ambiente y el día de la tierra.

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22 de Abril de 2021

Tema: Comprensión e Interpretación Textual.

Desarrollo de la clase: Se dio espacio para compartir los cuentos de los estudiantes con el grupo.

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15 de Abril de 2021

Tema: 
Comprensión e Interpretación Textual.

Desarrollo de la clase: Se les plantea la siguiente actividad: Vamos a imaginar que somos astronautas y logramos viajar a otro planeta. Allí encontramos una civilización y un mundo totalmente al nuestro. Crear un cuento y un dibujo sobre este viaje a las estrellas.

Actividad para la casa: Terminar la actividad y enviarla al profesor.

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8 de Abril de 2021

Tema: 
Comprensión e Interpretación Textual.

Desarrollo de la clase: Durante la clase se les leyó los primeros versículos del Génesis donde se relata la creación del mundo y el hombre y la mujer. 

Actividad para la casa:
Realizar un dibujo de cada uno de los días de la creación.

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25 de Marzo de 2021

Tema: 
Comprensión e Interpretación Textual.

Desarrollo de la clase: Como reflexión sobre las restricciones implantadas por la pandemia, se insta a los estudiantes a escribir todas la cosas que harán una vez terminada.

Actividad para la casa: Acabar el relato y acompañarlo de un dibujo. 

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18 de Marzo de 2021

Desarrollo de clase: Durante la clase se realiza la lectura del cuento Tito y Pepita. Inspirados en este los estudiantes deben crear un cuento con inicio, nudo y desenlace en el que involucren dos animales que solucionan un conflicto pacíficamente, acompañado de un dibujo que represente la historia creada.

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11 de Marzo de 2021

Tema: Estructura básica del texto narrativo

Desarrollo de la Clase: A partir de la lectura del cuento Universo Humano de Elmo Valencia, los estudiantes debieron identificar el inicio, el nudo y el desenlace del cuento para realizar un dibujo de cada una de estas partes.
Nota: Debido a que es un cuento del alta complejidad, al momento de la lectura se realizaron ciertas modificaciones por parte del docente buscando la comprensión de los estudiantes. 
 
Cuento: Había una mujer tan bella que muy pronto quedó emba­razada. Sin embargo a nadie preocupó esto, tan normal en la la naturaleza. Pero a Cielo —que así se llamaba la mujer— le sucedió algo tan extraño que su embarazo por un momento hizo temblar las leyes del mundo animal.


Sucedió que fueron pasando los meses y los meses, y a Cielo, como es de suponerse, le crecía el vientre. ¿Por qué no? ¿Por qué no podía crecer el vientre a Cielo, también criatura de Dios y tan bella?

Pero pasaron las nueve lunas y el alumbramiento no llegó y vinieron otras lunas y a Cielo le siguió creciendo el vientre. ¿Qué hacer ante este hecho tan alarmante como desconocido? 

Sin embargo, una noche Cielo se dio cuenta de que en lugar de haber dado a luz hacia afuera, había dado a luz hacia adentro. Su hijo había nacido dentro de su propio cuerpo.

Con gran tranquilidad la madre se fue adaptando al nuevo proceso involutivo, y el hijo, como si se hubiera resig­nado desde un comienzo a su absurda situación, comenzó a organizar su vida.

Cielo desarrolló un desconocido amor maternal por ese cuerpecito que llevaba adentro y que a veces se movía como un gato. Primero lo sintió gatear; las rodillas del nene se hundían dentro de su vientre. Luego lo sintió caminar; la cabeza le rozaba las entrañas, y Cielo caía en un profundo sueño. Ante su sorpresa los pasos del niño no la lastimaban en lo más mínimo, por el contrario, le producían una profunda alegría.

Pasaron los años y Cielo, atenta a sus movimientos, trataba de seguirlo, y a cada instante se preguntaba en qué meridiano de su vientre el pequeño estaría parado.

¿Cómo llamarlo? ¡Icaro! ¿Por qué no? Al fin y al cabo, Icaro es un nombre hermoso. ¿Acaso Icaro no quiso alcanzar el cielo? Así que Cielo decidió ponerle por nombre Icaro.

Un día Cielo oyó ruidos extraños. Eran monosílabos, palabras entrecortadas. El niño quería aprender a hablar. Entonces, Cielo le enseñó a decir “mamá”, a decir “Cielo”, y a decir “Icaro”.

Desde ese momento el pequeño fue entendiendo el significado de los sonidos y una vez posesionado del esplendor de las pala­bras, comenzó a desarrollarse entre madre e hijo la aventura de un diálogo que no terminaría sino en la separación defi­nitiva de uno de los dos.

—Icaro, ¿quieres un caballito?

—Sí, mamá.

Y Cielo se tragó un caballito de madera para que su hijo jugara con él. Y luego le envió más juguetes, llegando hasta el extremo de tragarse en Diciembre un pino y las bombillitas rojas para que Icaro tuviera también su árbol de Navidad, e Icaro lo plantó y lo alumbró y de noche el fabuloso vientre rosado de Cielo parecía una lámpara iluminando el mundo. Y aunque parezca mentira, aquel diciembre el Niño Dios le trajo como regalo de Navidad un trencito eléctrico. A partir de ese momento, Cielo se acostumbró a quedarse profundamente dor­mida cuando el juguete comenzaba a hacer taque - taque - taque taque.

Cuando cumplió siete años, Cielo le envió cuadernos y lápices de colores para que aprendiera a leer y escribir. Y aprendió muy bien. Su primera frase fue: “Dios hizo al hombre a su imagen y semejanza”; y su primera lectura: “Las aventuras del Tío Conejo”.

Y el niño fue creciendo y comenzó a indagar por todo y hasta llegó a preocuparse por el origen de las cosas: “Mamá, ¿quién hizo el mundo?”. “Mamá, ¿qué fue primero, la gallina o el huevo?”. Y Cielo le contestaba maravillosamente con la bondad en la boca.

Cuando se sintió hombre, Icaro decidió estudiar filosofía para hallar una respuesta a las preguntas: “¿Quién soy?”; “¿Qué hago aquí encerrado?”. Entonces Cielo se tragó desde todos los libros que encontró. Al final, no encontrando en la filosofía la respuesta que buscaba, decidió ser astronauta y así se lo comunicó a su madre. La mujer escuchó su súplica y una noche sin que nadie la viera, se tragó un vestido espacial y un cohete.

Icaro comenzó a prepararse para la grande aventura. Cuando llegó el momento culminante levantó vuelo y comenzó a son­dear el Universo de Cielo. Recorrió su cintura; bajó varias veces por sus muslos hasta el límite de los pies; estudió con detenimiento el corazón, pues le intrigaba saber que ese órgano tan lleno de bondad y sabiduría fuera tan falsamente comprendido; atravesó su vía láctea dejando en su pecho un resplandor de luz anaranjada. Se internó por la gar­ganta y conoció la Andrómeda de sus labios, subió hasta los dos astros de sus ojos, y allí por vez primera Cielo e Icaro se miraron mutuamente. Le dio varias vueltas al planeta del cerebro, avanzó tal vez buscando el milagro de la vida por entre los brillantes tejidos de la carne, se dio cuenta de la blan­cura de los huesos y finalmente, embriagado de tanta belleza, cayó en el torrente circulatorio de Cielo y allí entre la espuma del tiempo y de la sangre quedó girando y girando hasta que Icaro se agotó como un meteoro.

Actividad para la casa: Terminar los tres dibujos y enviarlos al correo.

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